CONTRATIEMPO: ¿película o número de magia?

17.02.2021

Se abre el telón y vemos como un mago introduce un conejo en su chistera, chasquea los dedos y, de pronto, sale volando una paloma. Ni rastro del conejo. Así funciona el ilusionismo. De la misma forma, la película Contratiempo juega con nuestros sentidos. Tras más de una hora de film, viendo con nuestros propios ojos todo aquello que el protagonista, Adrián Doria (Mario Casas), narra acerca de lo sucedido; en tan solo 40 minutos, la abogada desmonta todas y cada una de esas imágenes. Todo lo que hemos visto, no existe. Nunca se ha introducido un conejo en la chistera.

Para conseguir este "número ilusionista" juega un papel fundamental el narrador de la historia. Durante los primeros 60 minutos es Adrián Doria, el acusado, quien relata los hechos, dándonos su versión (adelanto, completamente opuesta de lo sucedido). Pero, tras esa hora, entra en acción la segunda narradora, nuestra "abogada", que da la vuelta a cada una de las confesiones del señor Doria, mostrando la verdad.

Además, Contratiempo se construye con flashbacks, que van contando la historia y se suceden con las imágenes del momento presente sin mostrar diferencias de luz o gama cromática muy marcadas. 

La gama cromática también tiene un papel protagonista en toda la película. Al inicio, la abogada afirma que "la verosimilitud se basa en los detalles". Y eso mismo hace el color en el film, con pequeños detalles nos va proporcionando pistas que nos ayudan a encajar las piezas del puzle final. Durante todo el largometraje, predomina una gama cromática de colores marrones y blancos. Dentro de esta gama parda, el rojo de los labios de la abogada "rompe" esta armonía y, en los flashbacks, ocurre lo mismo con el rojo de la vestimenta de la madre del joven desaparecido, que contrasta con todo el escenario de su alrededor. Esto ayuda a recalcar el vínculo entre los dos personajes.

Por otro lado, el papel de los efectos sonoros es fundamental para crear suspense en la película, la música de tensión aumenta o disminuye su volumen según el nivel de intriga de la escena, es decir, es la música la que regula nuestro grado de nerviosismo en cada momento. También encontramos un elemento clave en cuanto al sonido, cuando la abogada inicia el cronómetro, da comienzo a la narración y ese "tic tac", que va convirtiéndose poco a poco en inaudible, nos da la prueba de que es en ese momento cuando ha comenzado la película y estamos en una situación "contratiempo".

Esta película es sencillamente brutal, mantiene al espectador en tensión durante todo el tiempo y juega con su mente. El film nos descubre lo fácil que ha sido para el protagonista engañarnos y hacernos creer que su historia es cierta, únicamente, plasmando su relato en imágenes, pues decidimos creer todo aquello que podemos ver con nuestros propios ojos, pero, ¿cómo de fácil es manipular una imagen y cuánto hay de cierto en aquello que ven nuestros ojos?   

© 2021 Blanca Ródenas
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